Tarde de perros (Sidney Lumet, 1975)

La cosa empieza como una peli de atracos. Antes de que te hayas dado cuenta, aquello se ha convertido en una película de alta carga social. Al final descubres que todo ha sido una furibunda crítica a la sociedad moderna, feroz en sus prejuicios, demoledora en su instransigencia moral.

En fin, esas “cositas” de las que tan bien hablaba el genial Sidney Lumet, que nos regala aquí su enésimo clásico imprescindible. Monumentales también Al Pacino y John Cazale, juntos de nuevo tras El Padrino: Cazale es uno de los mejores actores americanos de los 70 y es necesario reivindicarlo ya.