Mad Max & Mad Max 2 (George Miller, 1979 - 1981)

A finales de los 70 y principios de los 80 surge una generación espectacular de cineastas australianos. El más destacado de ellos a mi me parece que es Peter Weir (El año que vivimos peligrosamente, Único testigo, El Show de Truman, Master & Commander).

Sin embargo, mis dos películas favoritas de aquella tacada, de lejos y sin duda, son Mad Max y Mad Max 2. Con bastante poca pasta y mucha imaginación, el amigo George Miller se inventó un futuro apocalíptico donde todo el mundo se mata por un bidón de gasolina, convertido el petróleo en lo único con valor sobre la faz de la tierra.

La primera es brutal, salvaje, una muestra de ciencia ficción muy de la época, con la estética punk entrando de lleno en el cine. La galería de malos (unos macarras motorizados psicópatas e histriónicos) es de antología: Baba Zanetti, el “Jinete Nocturno”…

La segunda avanza algunos años en el tiempo para mostrarnos un planeta mucho más desolado y radical. La larguísima secuencia final, con la nube de “karts de combate” asediando al camión que conduce Max es una lección magistral de planificación y montaje.