El Padrino (Francis Ford Coppola, 1972)

Cualquiera que me conozca mínimamente sabía de sobra que tenía que salir esta. Para mi, El Padrino es lo más parecido posible a la película perfecta. Sus valores artísticos, técnicos, narrativos y dramáticos están a un nivel estratosférico, inalcanzable, inigualable. Lo cual no le impide conectar con todo tipo de público, generación tras generación… En mi humilde opinión, eso debería ser siempre el cine: un arte popular, al alcance de todos.

Podría estar horas hablando de Marlon Brando, Al Pacino, Diane Keaton, Robert Duvall, James Caan, Talia Shire y todas las colosales interpretaciones. De su puesta en escena PER-FEC-TA. De su guión profundo, complejo, inabarcable. De la mítica fotografía (Gordon Willis sublime) y arte. Y, como no, de la música de Nino Rota, una de las bandas sonoras más famosas de la historia…

Lo más increíble es que esta película fue un encargo que Coppola aceptó a regañadientes, medio forzado por George Lucas para salir de la quiebra terrible en la que se había metido el estudio que dirigían (American Zoetrope) tras producir la ópera prima de este, THX 1138. Y todavía más increíble que dos años después volviera a conseguirlo con El Padrino II. ¿Se puede mejorar la película perfecta? Coppola demostró que, como mínimo, se puede igualar.