En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1980)



Uno de los recuerdos más felices de mi vida es aquella (ya muy lejana) tarde en la que mi hermano me llevó al cine a ver, seguidas, En busca del arca perdida e Indiana Jones y el templo maldito. Habían reestrenado la primera a raíz del estreno de la segunda y creo que aquel fue mi bautismo en el género de Aventuras (con mayúsculas) y, aún hoy, no me he podido desenganchar.
Cuando necesito un chute de energía y buen rollo, todavía no he conocido mejor receta que esta película. Trepidante, emocionante, divertida, espectacular, una lección de cine comercial del bueno, del que te cala dentro porque realmente te lleva para donde quiere. De vez en cuando necesito volver al fascinante mundo del doctor Jones y sigue emocionándome la poderosa banda sonora de John Williams, la hipnótica fotografía de Douglas Slocombe, los mágicos escenarios diseñados por Norman Reynolds y, desde luego y ante todo, la inspiradísima cámara de Spielberg filmado un guión maravilloso del gran Lawrence Kasdan.
Es tal la cantidad de momentos que me ponen los pelos de punta en esta película que no puedo resistirme a recordar algunos: la larga e inolvidable secuencia inicial, que presenta de forma precisa lo que va a ser la película (trampas, lugares exóticos, suspense, acción, algún que otro traidor hijo de puta y, junto al sable láser de Star Wars, la que probablemente es una de las armas más carismáticas de la historia del cine: el látigo de Indiana); el pozo de las ánimas infectado de serpientes; la presentación de Marion (maravilloso ese duelo de chupitos rodado en un solo plano); la escena del mono y el dátil (lección magistral de suspense); la pelea con el matón de dos metros entre las hélices de un avión en marcha; la apertura de el arca; por supuestísimo, la demoledora secuencia final…
A pesar de todo eso, creo que lo que más me fascinó siempre de En busca del arca perdida es su potentísimo sentido del humor, algo que considero esencial en las películas “heroicas”. Ayuda a sobrellevar ciertas exageraciones necesarias y, en este caso, le da un carisma muy atractivo a Indiana Jones y el resto de personajes. Christopher Nolan debió revisarse esta película antes de hacer su trilogía de Batman. Por mucho que nos empeñemos, un señor que se viste de murciélago no puede ser muy shakespereano. Pero ese es otro tema…
Resumiendo: En busca del arca perdida cumplió el sueño de muchos niños de mi generación. La unión artística de Spielberg y George Lucas cuando ambos estaban en su momento álgido a nivel creativo. De ahí solo podía salir lo que esta película es: puro cine.

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