La madre muerta (Juanma Bajo Ulloa, 1993)

Juanma Bajo Ulloa es un guerrillero, un tipo que despierta grandes odios en la industria del cine español y también, admitámoslo, entre el público. Su carrera está tan llena de fracasos como de obras maestras, y es famoso porque no ha habido ni un productor con el que haya trabajado con el que no haya salido tarifando a base  de bien (a menudo con juicios de por medio, etc.). Su actitud es considerada arrogante por muchos. Pero en un determinado momento la industria y los medios decidieron ir a saco contra él, hundiendo su carrera. Personalmente, nunca le he oído decir ninguna estupidez, tampoco ninguna mentira. Su único pecado es carecer de corrección política: bendito pecado.

Y si nos atenemos a su cine, que al final es lo único que a mi me importa, Bajo Ulloa es autor de al menos tres películas memorables, por distintas razones: Alas de mariposa, Airbag y esta La madre muerta, un cuento de hadas moderno y para adultos con una puesta en escena maravillosa, un guión extraño y fascinante y unos Karra Elejalde y Ana Álvarez simplemente colosales. Por no hablar de la banda sonora de Bingen Mendizabal, de la foto de Aguirresarobe, del arte de Satur Idarreta…

Una de las películas más bellas y a la vez brutales que han visto estos miopes ojos. Y también, una de las películas cuyo visionado me ha impactado más en una sala de cine. En fin, amigos, una obra maestra.