El resplandor (Stanley Kubrick, 1980)

No tengo duda: junto a Misery de Rob Reiner y La Zona Muerta de David Cronenberg, para mi la mejor adaptación de una novela de Stephen King al cine.

Un hotel grandioso perdido en lo alto de una montaña y una familia es todo lo que necesita el maestro Kubrick para regalarnos una de las grandes películas de terror de todos los tiempos. Y, como no podía ser de otra forma viniendo de quien viene, se trata de una peculiar aproximación al género, en la que hay mucho terror psicológico, algo de gore, algo de horror y muchísimo de la retorcida imaginación de Kubrick, que logra ponerte al límite de los nervios con… nada.

Varias de mis escenas favoritas de todos los tiempos están aquí. Las míticas carreras del crío por el pasillo en su triciclo (¡¿cómo puede dar miedo eso?! Maldito Kubrick, qué bueno eras); la gran persecución final en el laberinto, con un (gran) Jack Nicholson más desatado que nunca; o las conversaciones del niño con su amigo invisible, representado con… ¡su dedo! Una película genial, como prácticamente todas las de su autor (hablo del tito Stanley, no de Stephen King, por supuesto).