Doctor Zhivago (David Lean, 1965)

Hay películas que emocionan simplemente por su grandeza, por su inmensidad. No hablo sólo de sus grandes decorados o vestuarios, sino de la grandeza de sus personajes, de sus historias, de los sentimientos e ideas que transmiten. Sin duda, Doctor Zhivago es, para mi, de esas. Escenas como las flores marchitas en el hospital desolado, o la entrada a la casa de hielo, donde todo se ha congelado por el crudo invierno ruso… transmitiendo en forma de puro cine el estado del alma de los personajes… Grande Lean.