Juego de lágrimas (Neil Jordan, 1992)

Aunque en su momento reventó a patadas varios tabús históricos del cine comercial y alcanzó un notable éxito mundial, por alguna razón este excelente film ha caído en un injusto olvido. No lo entiendo, sin duda es de las películas que más me han impactado en mi vida y no conozco a nadie que la haya visto y no la considere una gran película.

Entre sus virtudes, cuenta con una extraña pero alucinante estructura, en la que una historia que abarca casi media película da paso a una segunda historia (la verdadera), completamente distinta y, sin embargo, inseparable de la primera. No concreto más porque es tan bueno el guión que si cuentas 15 minutos de película ya estás spoileando cosas del argumento.

Y claro, esa rara estructura no es gratuita: es el reflejo exacto de una historia de amor que también es extraña y alucinante, además de conmovedora. Un gran ejemplo del cine del irlandés Neil Jordan, cineasta superlativo que guarda unas cuantas películas esenciales en su cesto.