Battle Royale (Kinji Fukasaku, 2000)

Ahora que nos viene la avalancha Los juegos del hambre es el momento perfecto para poner a cada uno en su sitio y recordar que la saga de Suzanne Collins, y por lo tanto la saga fílmica que nos viene, son algo todavía peor que un “remake”: son un “remake” no reconocido. La estrategia de Collins es clara: hacer una versión light de una historia que está literalmente contada en otro sitio y ponerse las medallas.

El film Fukasaku nos habla de una isla a donde llevan a todos los adolescentes conflictivos japoneses para que, literalmente, se maten entre ellos. Todo bajo la peculiar vigilancia del gran Kitano, protagonista de la película y excelente como siempre. Así de bestia como suena, y así de divertido, por qué no reconocerlo. Los orientales se las pintan calvas para usar argumentos a priori descabellados y convertirlos en una gran diversión. Este film adapta una novela de Koushun Takami que generó una fuerte polémica en su momento, al igual que la película. Desde luego, corrección política no es lo que sobra aquí.

Lo mejor de Battle Royal, a pesar de ser muy macarra y de no eludir momentos tremendamente brutos, es que bajo la carnaza hay una fina ironía acerca de la desmadrada sociedad actual, carente de cualquier valor que no sea el egocentrismo. La obvia crítica a los adolescentes idiotas es en realidad una crítica a modelo de sociedad en vías de decadencia. Pero, ya sabéis, podemos hablar de cosas serias mientras nos divertimos un rato, ¿no?