Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962)

A finales de los 50 surge en Hollywood una generación de jóvenes directores con nuevas ideas y dispuestos a abordar ciertas temáticas hasta entonces peliagudas: Sydney Pollack, Sydney Lumet, Alan Pakula, Richard Brooks, Arthur Penn, Stanley Kubrick, etc…

El cambio es brutal: en los primeros años del Hollywood post-estudios los grandes éxitos del cine americano marcan una nueva tendencia claramente progresista, con fuertes temáticas sociales. En esta corriente hay que encuadrar esta deliciosa pieza de Robert Mulligan, un conmovedor y rotundo puñetazo antirracista.

Quizá lo que más me gusta es que es súper moderna en la temática sin perder todo el aroma y la forma de hacer del viejo estilo Hollywood: un diseño de producción espectacular, una luz excelente, una narrativa parca pero exacta… Maravillosa.