Plácido (Luis García Berlanga, 1961)

La navidad es el momento exacto para revisar este clásico del gran dúo Berlanga-Azcona, que esta vez afiló sus cuchillos mirando directamente a estas señaladas fiestas.

La campaña navideña “Siente a un pobre a su mesa” es la premisa perfecta para destapar las miserias éticas y sociales de la España franquista, esas miserias que estaban escondidas bajo la alfombra o, en este caso, tras la falsa fachada de compasión cristiana. Siempre entre risas, como quien no quiere la cosa. ¡Maldición, qué bien se les daba hacer eso a estos dos genios!

Todo es perfecto en esta película: desde la maravillosa orquestación de un reparto mítico (con una cantidad salvaje de personajes constantemente en pantalla), hasta el conmovedor plano final (con el no menos conmovedor villancico), pasando por un dominio del ritmo cinematográfico y del timing cómico sólo al alcance de los extraterrestres. Y lo más grande de la película es que, si te asomas justo en estas fechas por la ventana, te preguntas si en el fondo hemos cambiado mucho.