Los inmortales (Russel Mulcahy, 1986)

Se que muchos pensáis que Russel Mulcahy es una de las cosas más lamentables que le han ocurrido al cine. Estoy de acuerdo con eso. Pero no le puedo negar haber creado una de las películas más importantes de mi adolescencia, y de paso uno de los hits cinematográficos más poderosos de los 80.

La increíble historia de esta raza de seres que solo pueden morir si les cortan la cabeza y que sienten la necesidad imperiosa de practicar tan peculiar deporte unos con otros, permite a Mulcahy crear un delicioso caos narrativo donde caben samuráis, caballeros o highlanders escoceses encuadrados en los más alucinantes decorados de todas las épocas entre la Edad Media y hoy. Todo ello bañado en una mítica banda sonora de mis nunca suficientemente idolatrados Queen.

Puede que este film haya envejecido mal. Incluso, que diera pie a unas secuelas que desprestigian el concepto “cine”. Pero es ver la batalla a espadazos en el parking (¡así se empieza una película de aventuras, joder!) o a un joven Lambert enterrando a su anciana mujer con el “Who Wants to Live Forever?” de Brian May atronando… Es ver aparecer a El Kourgan en pantalla o a Sean Connery… ¡y solo deseo que esto haga honor al título y no se acabe nunca!