Charada (Stanley Donen, 1963)


En el cine hollywodiense de finales de los 50 y principios de los 60 irrumpe una nueva generación de cineastas comprometidos con lo social, que empiezan a hacer un cine combativo y de protesta. Pero aún se mantenían en forma algunos de los grandes de las décadas anteriores, que aunque poco a poco se contagiaban de ese cine mas comprometido de los jóvenes, seguían cultivando espectáculos al viejo estilo, películas llenas de glamour, de gracia, de diversión y de evasión de alta calidad. 

Charada siempre me ha parecido un título que define ese cine sesentero de "la vieja escuela". No en vano, está dirigida por un Stanley Donen situado en lo más alto de su carrera, con dos o tres obras maestras aún por entregar. Con música de Henry Mancini, el compositor del momento por entonces. Protagonizada por dos de las estrellas que más rotundamente reinaron en esta década: Audrey Hepburn y Walter Matthau. Y además, con ese aire hitchcockiano en su trama (Hitch, recordemos, también estaba en el top con PsicosisLos Pájaros…). Desde la primera vez que la vi, se convirtió en una de esas películas de obligada revisión cada cierto tiempo. Todo está tan bien colocado, tan en su sitio, tan redondo que puedes simplemente olvidarte de todo y sumergirte en su delicioso enredo.
La combinación de tonos propuesta por el mago Donen en esta película es deliciosa: esa trama policiaca salpicada de vodevil, con un sentido del humor vibrante y ágil (que a veces recuerda también a Billy Wilder, otro que estaba en plena forma recién estrenadas El apartamento e Irma la Dulce) hace de Charada una de las películas con más encanto del cine americano de esa década. Hepburn y Cary Grant ayudan mucho en eso, claro. La narración elegante, llena de la clase y sencillez habituales de Donen obliga a enamorarte de los personajes, que tienen ese punto de excentricidad que tan bien se les daba a ambos.
El dúo Hepburn-Donen es una de esas sociedades entre actores y directores que siempre dan grandes satisfacciones y que definitivamente funcionaban: Una cara con ángel o Dos en la carretera son también clasicos en sus géneros, como Charada en el suyo. En fin: parada obligatoria para cualquier fan del gran cine americano de toda la vida.

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